Hombres de traje con botellas refrescantes se detenían desconcertados ante esas mujeres tendidas en la cama. Oficinistas y paseantes giraban el cuello, algunas miradas se detenían. Desde las vidrieras sonaban lamentos y gritos de mujeres, a veces todas al mismo tiempo. Una performance, a cargo de Jovita Dieguez , Majo Cadelago , Carolina Milli y Flor Milli, que pudo verse varias veces durante la jornada.
Así empezó la tercera edición de Arte por la igualdad, el encuentro organizado por Queridas donde diversas disciplinas artísticas se juntan para decirle basta a la violencia contra las mujeres. Porque el arte también puede ser una herramienta de transformación social.
Esta vez se cruzaron música, cine, fotografía, ilustración, teatro y literatura. Ahí abajo, en el subsuelo de Espacio Arredo (Florida al 300), lejos de los ruidos de una ciudad en plena ebullición de fines de noviembre.
Cantaron y emocionaron Lula Bertoldi -que honró con su voz y su guitarra a María Elena Walsh y a Mercedes Sosa-, Hilda Lizarazu, Lorena Mayol, Julieta Laso, María Ezquiaga y Carola Besasso. Se proyectaron cortos de realizadoras argentinas y de América Latina, fotografías de artistas invitadas y de una convocatoria abierta en la que participaron fotógrafas de todo el país, ilustraciones de artistas locales y latinoamericanas, y cuentos para la infancia de Editorial Chirimbote narrados por la actriz Mariela de la Sota.
Acá, un recorrido visual para dar un paseo con la mirada.
Cortos seleccionados por el colectivo Mujeres Audiovisuales.
Hilda Lizarazu cantó por el fin de la violencia. Detrás, una ilustración de Lina Castellanos.
Láminas sobre la ley de violencia de género y recursos de ayuda.
Lula Bertoldi emocionó con canciones de María Elena Walsh y Mercedes Sosa.
Tres pantallas proyectaban en simultáneo los cortometrajes.
Foto de Laura Flores, parte de la convocatoria abierta a artistas visuales.
La voz inmensa y potente de Julieta Laso.
Sillones, gradas y almohadones: espacio ideal para contemplar cine.
Lorena Mayol, su guitarra, su luminosidad.
María Ezquiaga y sus suaves canciones en medio de los aplausos.

Historias y voces de mujeres para decir “no más violencia de género”.
“Tantas veces me borraron, tantas desaparecí… Y seguí cantando”. Como la Cigarra, por Lula Bertoldi.
“Si me matan, sacaré los brazos de la tumba y seré más fuerte”, se lee sobre la columna.
La guitarra, Hilda Lizarazu y una obra de Lina Castellanos proyectada detrás.
Mujeres ven mujeres. Historias de dolor y adversidad. Y también de superación y sororidad.
Sola y feliz en los bares.
Risas para el final.
Fotos: Graciela Blanco y Bárbara Hornberg