Según el último estudio realizado por el Centro de Economía Política Argentina, el mayor porcentaje de los juguetes dirigidos a las nenas están relacionados con tareas domésticas y de belleza. Los que están pensados para varones son, en su gran mayoría, sobre deportes y violencia. Datos claros que muestran cómo se reproduce el machismo desde la infancia.
Los juguetes son una excelente herramienta para analizar los estereotipos de género. ¿Cómo modificar valores machistas y patriarcales si las vidrieras navideñas se llenan cada año de valijitas rosas para que las nenas se vean “hermosas” y los estantes para varones brillan con pistolas, ametralladoras, cascos y camionetas?
El Centro de Economía Política Argentina (CEPA) realizó un informe en el que analizó el consumo de juguetes con perspectiva de género. El objetivo fue analizar si hay mandatos de género en los productos ofrecidos por el mercado para niñas y niños.
“Pensar los estereotipos de género es reflexionar sobre una división de roles que atraviesa el conjunto de la sociedad y también la economía”, advierten en el informe.
De acuerdo al relevamiento realizado, el 40% de los juguetes destinados a las niñas están vinculados a las tareas de cuidado. La oferta de muñecos bebés es la más repetida de todos los juguetes categorizados como “de mujer” o “de niña”. También aparecen otro tipo de juguetes asociados a los roles reproductivos: sets de cocina, planchas y fábricas de tortas y helados.
En segundo lugar, el 32% de la oferta de juguetes más vendidos para niñas son los asociados a la belleza y cuidado personal. Por ejemplo, una valijita con productos de peluquería y maquillaje. Es decir: niña es sinónimo de belleza y “femeneidad”.
En el tercer lugar se ubican los juguetes para niñas asociados con el deporte: representan solo el 12% y otro 12% está asociado a los juegos de ingenio.
Los números hablan claro: más del 70% de los juguetes “para niñas” están vinculados a tareas domésticas y de belleza, y sólo alrededor de un 10% son juegos de ingenio.
Dentro de los juguetes categorizados como de “varón”, hay un 30% de juguetes asociados al deporte, principalmente relacionados al fútbol. En segundo lugar, un 26% son juguetes asociados a la violencia, en especial pistolas. Autos y accesorios ocupan el tercer lugar, con 19%.
¿Cuáles son los datos que arroja el estudio? Muy claros: prevalece contenido sexista en los juguetes para niños y niñas. Las niñas, a jugar a ser mamás, cuidadoras, a limpiar, cocinar, planchar y ponerse lindas. Los varones, a practicar deportes y jugar a matar.
“La introducción de estereotipos desde la niñez es una característica clave del sostén cultural del patriarcado y de la legitimación de la división de tareas entre hombres y mujeres en la adultez”, señalan en el estudio de CEPA.
Hay algo más: se constató que, en promedio, los juguetes más comprados dirigidos a las nenas son más caros que los de varones. Esto es, productos idénticos o muy similares son más caros en su versión femenina.
“Se constata la presencia de ‘pink tax’ en 7 casos con diferencias de precios que oscilan entre el 3% y el 300%, en productos con mismos atributos e idénticas descripciones. El caso más llamativo refiere a disfraces de Disney similares, donde la descripción tiene idénticos atributos además de la similitud visual”.
Jugar a ser mamá, además, cuesta más caro.