no es no

Crearon un protocolo para evitar el acoso en fiestas

Lo diseñó una agrupación feminista en Santa Fe. Desde el ingreso hasta los baños del boliche, se pegan carteles informativos sobre cómo frenar el acoso, a quién recurrir y cómo denunciar. El objetivo: terminar con el acoso en las fiestas y cambiar la cultura bailable donde el cuerpo de las chicas parece un trofeo que todos pueden tocar y llevarse a casa.

Lo diseñó una agrupación feminista en Santa Fe. Desde el ingreso hasta los baños del boliche, se pegan carteles informativos sobre cómo frenar el acoso, a quién recurrir y cómo denunciar. El objetivo: terminar con el acoso en las fiestas y cambiar la cultura bailable donde el cuerpo de las chicas parece un trofeo que todos pueden tocar y llevarse a casa.

“Dale, vení, vení” –susurra, borracho, mientras la toma del brazo y se acerca a besarse el cuello.

“No, salí, dejame pasar” –dice la adolescente, e intenta desprenderse para ir a encontrarse con sus amigas que están al fondo del boliche.

Él la toma más fuerte del brazo, le pasa los dedos por la pierna y se ríe. “Dale, te gusta”.

Escena que se repite en cada fiesta y en cada boliche.

Así nació “Bye bye machirulo” en la provincia de Santa Fe, un protocolo para visibilizar, prevenir y erradicar situaciones de violencia machista en las fiestas.  Lo crearon a mediados del año pasado Las Nietas, una agrupación feminista.

El protocolo fue rápidamente adoptado por algunas organizaciones partidarias y sociales que suelen hacer peñas o fiestas alternativas en locales políticos, clubes o espacios vecinales.

Al entrar al boliche o la fiesta se ven carteles desde la puerta de ingreso hasta en los baños que anuncian que ese espacio es libre de violencias machistas, con mensajes como:

“Tolerancia cero al acoso”.

“La idea es que te diviertas, no que la pases mal”.

“Sé parte de la fiesta, frená cualquier situación de acoso que veas”.

“NO es NO”.

Al mismo tiempo, se busca que las situaciones de acoso sean denunciadas.

“Ponemos carteles para que quede claro que el primer NO es NO, y el segundo NO es acoso. También ponemos mensajes para que se acerquen a hablar y decir lo que está pasando a puntos específicos del lugar”, explicó Lucía Ganín, una de las integrantes de la agrupación Las Nietas y militante de Mala Junta.

“Vamos mejorando el protocolo. También proponemos que la persona acosada se acerque a los organizadores de la fiesta a contar lo que está pasando. Ellos son los que hablan con los acosadores. La intención es que sea de una manera pacífica, que se diga ‘bueno, loco, hasta acá’, para hacer entender a esa persona que está acosando, y en función de cómo reacciona ver si continúa o no en la fiesta. Si no depone su actitud, se llama a personal policial para que quien acosa se vaya”, aclaró Ganín.

A partir de estas experiencias, empezaron a pedir el protocolo en otras provincias del país. En algunos casos, se usan cintas violetas para que se identifique a las personas que están para ayudar a las chicas que son acosadas.

Pero, según Ganín, “es un proceso largo, es difícil cambiar la cultura bailable, porque muchas de estas actitudes están naturalizadas, como que el hombre venga y me toque y no respete mi espacio personal.  Además, es importante capacitar en género al personal que trabaja en los boliches”.

Falta. Y mucho. Pero las pibas crean y reinventan el mundo para vivir en libertad y con respeto, y que quede bien claro que “no es no”.

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